domingo, 3 de mayo de 2020

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viernes, 14 de febrero de 2020

El mundo perdido de Puyo

Hace una semana decidí ir sin agenda a un lugar que no había conocido en su profundidad, un lugar mágico, natural y muy tranquilo.

Al llegar te sientes como en casa, todo el mundo te saluda y te brinda su hospitalidad, preguntas por aquí por allá que es lo que puedes visitar. Te dicen tantos lugar que no sabes donde empezar; sin lugar a dudas hay muchos lugares para conocer y explorar.

El lugar de esta aventura es Puyo, un lugar que se encuentra a 252Km de Quito en la Provincia de Pastaza.

Su clima es tropical amazónico,  pero lo mejor que tiene es la calidez de su gente que a donde vas encuentras su grata hospitalidad.

Me encontré con mi amiga Zuly, que fue mi guía durante el primer día.

Lo primero que hicimos fue visitar el barrio El Obrero, que de acuerdo a la historia se remonta al primer poblador de este barrio en donde se encuentra el mirador y la entrada al Paseo Turístico.

En el paseo turístico es un lugar para caminar y poder ver las cristalinas aguas del Rio Puyo en donde en algunos lugar se forman lagunas en donde propios y turistas disfrutan de un buen baño.

Después, fuimos al zoológico que se encuentra ubicado en la parroquia Tarquí a unos 15 minutos de Puyo en bus. Es muy fácil de llegar desde el centro de la ciudad, preguntas y te brindan la información con todas las señales. El lugar tuvo un costo de $3 y puedes ver una gran cantidad de aves, mamíferos, reptiles propios de la zona.

Zuly, me llevó a las cañitas en donde Doña Zoilita, nos hizo degustar de los sabores de un licor artesanal que ella mismo preparaba, todo estuvo muy rico aunque de tantos sabores que nos hizo probar ya me empezó a hacer efecto el alcohol.

Como costumbre, alquilé un Airbnb y al llegar al lugar me encontré con una grata sorpresa porque el lugar era mucho mejor de lo que se apreciaba en las fotos; fui recibido por Jhon, el hijo  de los anfitriones que me explicó las reglas de la casa y algunos sitios de interés para conocer, además, me indicó que sus padres regresarían más tarde.

Fueron las 21:00 y al revisar en mi equipaje había olvidado mi cable de cargar el celular, entonces no sabía que hacer por lo que salí a conocer los alrededores y  ver si alguien podía prestarme un cargado. Llegué primero a una Peluquería que quedaba alado de los Bomberos de Puyo y encontré a Namira que muy concentrada en su oficio vio a un forastero entrar a su peluquería preguntando si le podía prestar un cargador.... que grata fue mi sorpresa cuando muy alegremente buscó dentro de su cartera y para mi suerte era compatible con mi celular. Después de que terminó de cortar el pelo, me preguntó que de donde era, que porque estaba visitando el lugar y me ofreció el periódico para que lo leer, buena hospitalidad. Entre preguntas y tertulia, me dijo que de donde era,  a lo que respondí que era de Loja - lo cual muy presurosa me contó que sus padres eran de Cariamanga- entonces le dije si conozco Cariamanga, que me gusta el café y la caminata hasta el cerro Ahuaca. Se puso muy contenta y platicamos de comida, de la vida y del trabajo. Al poco tiempo, llegó uno de los hijos de Namira y nos preguntó si queríamos jugar rumi a lo que aceptamos para seguir conversando. Creo que pasaron como 5 juegos de rumi sin pensar ya eran casi las 10:30 de noche a lo que vi que mi celular tenía un poco de carga, le agradecí por su gentileza de prestarme el cargado y por el haberme acogido en su lugar de trabajo... me despedí.

Volví a mi hospedaje y me encontré a los anfitriones Roberto y Karina, que pronto me preguntaron que de donde era, que como me había parecido Puyo, me sugirieron algunos sitios de interés y conversamos un poco de Loja; al finalizar la charla les pedí si me podrían prestar un cargados para poder tener el celular cargado para no perderme las fotos del siguiente día, a lo cual accedieron muy gustosos.

Una de las recomendaciones que me hicieron fue de ir al Mirador de Indichuris, para lo cual tenía que levantarmen temprano en la mañana, antes de las 6h00, que debía estar en los Bomberos para esperar el bus que vaya a Pomona. Algo muy simpático me ocurrió que algunos buses no tenían identificación a donde iban, así que detuve a todos los buses que pasaban (creo que fueron como 8 buses), en esos de las 6h45 llegó el bus con destino a Pomona y le dijera al chofer que me dejara en la entrada a Indichuris.

El trayecto no duró más que unos 30 minutos por lo que estuve muy temprano en la entrada a Indichuris y aproveche para recorrer todo el lugar, las cabañas, las cuevas y finalmente subir hasta donde estaba el mirador con las hamacas y la cuerda tipo columpio. Hice fotos y contemplé la belleza natural del  paisaje y el trino de las aves, el susurro del viento que parecía que me invitaba a disfurtar de una tranquila estancia en el mirador.

Luego, decidí subirme a la cuerda, para lo cual sentí que la persona aventurera llena de adrenalina que una vez fui, tuvo miedo de subir y lanzarse, pero después pensé y dije para eso estoy aquí, así que lanzate. Fue una experiencia exitante y lo mejor es que la adrenalina te envuelve.

Luego, de eso decidí caminar para ir a visitar 2 comunidades y luego ir a El Porvenir que era en donde se encontraba la entrada a la cascada Hola Vida. Durante el trayecto encontré un amigo, un perrito que me acompañó durante todo el camino, mi buen amigo "El Firu".

El Firu me acompañó y me protegió de otros perros y fue mi guía durante todo el trayecto, llegué a una casa en donde se preparaba Chocolate Artesanal, en ese lugar me recibió Agustín que me ofreció el mejor chocolate sembrado y preparado del lugar. (El chocolate estuvo riquísimo, me hizo recordar el rico chocolate que hacía mi Abuela). Me despedí y agradecí la hospitalidad brindada.

Seguí mi camino hasta llegar al Porvenir, luego tomé una ruta en donde encontré el una cabaña en donde se daba la información del lugar y debías de pagar el valor de $2 por la entrada para ir a la cascada. Al mismo tiempo, llegaron un bus con estudiantes que venían de la Joya de los Sachas a conocer la cascada. Hice muchos amigos como Hilda, Malena, Luis, entre otros.

Todos ellos asombrados por que bien amigo El Firu no se despegaba de mi y les conté que el perrito era un amigo del camino, que me acompañaba en esta ocasión. Por lo que la persona de lugar de información me dijo que el perrito era del lugar y que siempre acompañaba a los turistas.

Luego de que todos se registraron, me uní al grupo y fumos juntos a conocer la cascada, tuvimos que caminar unos 30 minutos por un sendero lleno de paisajes, flora y un aire lleno de naturaleza viva y pura.

Todos nos bañamos, nos tomamos fotos y disfrutamos de las aguas cristalinas de la cascada.

Al regresar todos a la cabaña de información, nos despedimos. Seguí mi camino y salí hasta llegar al paradero, Firu no me dejo solo ni un solo momento. En el paradero se encontraban esperando una pareja, me hice amigo de ellos y les pregunté que de donde eran, me dijeron de Machala, conversamos un poco y la chica había vivido en Loja y que pequeño es el mundo... había sido la hermana de una de las mejores amiga de mi hermana (sonó como trabalenguas), esperamos unos minutos hasta que una camioneta nos preguntó si queríamos un aventon porque iba hasta un pueblo que se encontraba cerca de Puyo. Ya en camino, fuimos conversando y contamos las experiencias de viajes. Al llegar al lugar agradecidos por el aventon, nos despedimos y esperamos hasta que pasara un bus que nos lleve a Puyo. Cuando llegamos a Puyo nos reibió un aguacero que no nos permitió caminar por lo que tomamos un taxi y fuimos todos a El Obrero a comer en el Soda un Volquero (que estuvo increíblemente delicioso).

Una vez que comimos y descansamos un poco y dejo ya de llover, salimos a dar una vuelta por el lugar. Caminamos un poco, les indiqué que ya tenía que ir a lugar de hospedaje a recoger mis cosas por lo que nos despedimos y quedamos en que debíamos encontrarnos nuevamente para una nueva aventura. 

En mi lugar de hospedaje encontré a Karina que muy gustosa me preguntó que como me había ido y le conté las anécdotas del viaje. Me ofreció cevichochos a lo cual acepté y en realidad que estuvieron muy ricos, luego me dio amablemente un trozo de sandía. Me sentí como en casa, agradecido de tan amable y cariñosa hospitalidad.

Pregunte si podía usar mi habitación porque ya eran algo más de las  de la tarde y ya había pasado la hora de hacer check out, a lo cual me indicó que siga no más, que estaba en mi casa. Que lindos detalles que uno se lleva del lugar por la amabilidad y calidez de su gente.

En la habitación tomé una ducha me cambie de ropa y tomé unas fotos del sitio, porque en realidad que me gustó mucho y disfrute muchísimo mi estancia.

Agradecido por el gesto de la familia que me acogió en su casa y hizo de mi estancia una experiencia enriquecedora salí de lugar rumbo al terminal para la el retorno a Quito.

Una experiencia que me dejó muchos amigos (mi buen amigo también Firu), gratos recuerdos, lugares recorridos y sobre todo saber que todavía falta mucho por conocer y explorar. Definitivamente Puyo superó mis expectativas,  que sin planificación y con poco presupuesto puedes tener una experiencia inolvidable que te deja con las ganas de regresar.

martes, 24 de mayo de 2016

Impacto de la Ciberseguridad


Intervienen:
D. Juan Miguel Velasco. CEO de Aiuken Solutions.
D. Javier García Carmona.  Director del Programa en Ciberseguridad para la Alta Dirección.

Modera:
Elena Mora. Directora de Estudios Avanzados de UNIR.